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martes, 12 de febrero de 2013

Memoria RAM 1-Parte 20: EL MAESTRO DEL TEMPLO, LA MONTAÑA DEL TIEMPO (¡Mira Allí Tus Memorias!)-Carlos Torres Valencia


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Todas y cada una de mis memorias de pensamiento fueron leídas, sin quedarme atrapado en ellas, como sucede con la generalidad de los mortales, cuando redundan imágenes de pensamiento o emociones y se quedan en su cielo o infierno; son tentados y arrastrados por ellas y se sumergen en ellas, para castigarse o para recrearse…

La caída de vértigo desapareció, fulminada por la presencia del Alma. Ahora sereno, caminaba en el valle de Luz, mi propio campo, como el de los hombres de la tierra.

Colores y formas maravillosas llenaban el lugar que poseía lo esperado por mi espíritu, cuanto me había imaginado que era “el nirvana” de muchos creyentes.

Un río de cristales diminutos que formaban sus aguas de leche; corría cantarino, emanando voces, mientras aprendiendo descifraba su esencia.

Sus cristales prodigaban en este valle, las memorias de los hombres y esas palabras eran los símbolos de la Consciencia que comprendía; se escuchaban en el lugar claramente: llegaban al corazón de mi alma y allí se escribían indelebles.

Una Lógica exacta del Saber Supremo pulsaba cada palabra 49 veces en Esencia e Identidad de mi corazón, de nueva alma.

Me di cuenta que la naturaleza del hombre terrenal es distinta a la del Hombre Creado en la Luz del Supremo Pálpito; recrea a imagen y Semejanza de lo Supremo…  Y allí “caminaban” los desencarnados recientes de la tierra…

Comparé que el hombre terrestre no posee este galardón todavía, que se va pareciendo a la imagen de Dios en la medida que construye su obra, su Esencia de Consciencia, su propio Templo de Verdad.

¿Cuántos falsos maestros y ascendidos al llegar aquí los tritura el crujir de dientes?… Esto sólo se logra, cuando el entendimiento llega a las puertas del corazón.

Sólo así sus actos se revisten de Equidad y Justicia, porque logra vivir el fruto de la Verdad del Espíritu Eterno, que se agiganta dentro de su alma, cada vez que en consciencia aprende.

Y “transité” por el valle de los desencarnados; caminaban sus vidas pasadas en él, y fui a las mías, algunas de las cuales aquí recuerdo para guía de cuantos deben levantase en el Sur.

Y por mi trabajo interior; al pasado de las edades y el futuro del Hombre Luz, desde entonces, me hice testigo de Luz…

El Manantial de Luz leía las profundidades incontables del tiempo, vi la luz del hombre, dando forma a su espacio, a su línea de los tiempos.

Vi a los habitantes de este planeta desde el momento de las cuevas oscuras y criaturas gigantescas de los casi hombres y su chispa de idea incipiente prevista para desarrollar su intelecto.

Y vi dentro del Manantial de Luz, cómo está grabada en su Interior la Voz de consciencia para los demás hombres, que en este llamado final levanto, para que no caigan nunca más en la inconsciencia de Ser.

Lo vi en esta Memoria Eterna que está allí en cada corazón y permanece en su espíritu por siempre jamás; porque el Manantial de Luz son estas palabras y claves de Consciencia que siempre han sido y serán,

EL CONOCIMIENTO DE LA LUZ QUE ES UNIVERSAL Y PERENNE y cada hombre que llega a este Saber, lleva por dentro ese, su MAESTRO e INTÉRPRETE, su propio Saber que anuncia y esparce a sus demás hermanos de Creación.

Es su Verdad que expande, que amplía en conocimiento, que adquiere en discernimiento de lo Supremo y lo proyecta a la magnitud de su universo: el de todos.

Allí, en el Manantial de Luz, la Memoria de Consciencia de todo lo Creado: está el hombre ¡Mirad! Todos la tienen, porque todos son él mismo en sí mismo ¡Miradle!

Cómo crece en medio de los siglos y el tiempo, somos nosotros en otros tiempos y civilizaciones de luces multicolores y grandes montañas que se levantan airosas.

Veamos cómo pasan para nosotros los tiempos y caen las sombras de la noche y se levantan nuevas épocas y el hombre permanece, fortalece su conciencia al levantar su intelecto, que llega a la época y el meridiano de los tiempos del Segundo Día Creador.

Entonces penetra en los templos del conocer de su Ser y se hace grande: crece y se desposa con el Saber preparado para él.

Aquí persisten los símbolos y jeroglíficos de los que aprenden. Está presente la Voz del Maestro que se encumbra sobre todas en el contenido de sus Palabras.

Desde su corazón y mirada, Él irradia conocimiento y consejo y muchos, extasiados, escuchan y aprenden de su Voz. Él llena los oídos de los hombres con LOS GRANDES PILARES DEL CONOCIMIENTO.

Este Templo del Saber, está ajustado en relieves y dibujos de acabado perfecto, en tintes y colores maravillosos que conforman los cifrados, porque es así y aquí, donde se graba la historia con las palabras mayores de gran medida para las generaciones futuras. Estos símbolos son los verdaderos tesoros que en determinada fecha se deben alcanzar.

Pocos hombres pueden poseer esta riqueza y permanecer en ella: libros viejos y pergaminos polvorientos que los contienen, se esconden y guardan en cofres de tiempo de los guías finales, entre tumbas de hombres que esperan levantarse a su encarnación para cumplir.

Siempre el Maestro de Consciencia dirige la acción; porque allí y con él, se aprende a conocer y no equivocar el sendero de identificar al MAZO Y SUS ASCENDIDOS, que sella puertas de encarnaciones y ventanas de consciencia, que tira con fuerza infernal todo el tesoro del espíritu; que lo despedaza ante los ojos y mentes tardías de los mediocres.

Aquí, frente al Maestro, se aprende a CERRAR y SELLAR en forma indeleble los cofres de espíritu e identidad del Ser.

Aquí, en este tiempo y con el Maestro, unos pocos hombres obtienen las llaves de Consciencia en sus manos y hacen partícipes a otros cuantos se pueden señalar en las siguientes encarnaciones”…

El Manantial de Luz ascendía y descendía hasta los corazones humanos y los Maestros de Consciencia –sin manipularlo- lo leían, descifraban y cifraban en Luz; lo preservan con amor absoluto, tal como la madre desea al hijo en su vientre; como le llora cuando él muere; como se alegra cuando él vive.

Manipular el corazón humano es matarlo, esto hacen los falsos “maestros ascendidos”: son demonios que matan la esencia de ascenso, porque ningún hombre por intercesión de otro, puede llegar a la perfección de la Luz… lo vi y sentí en mí mismo: sus pétalos son una magnitud entre Siete dimensiones que giran perpetuas.

Allí están los Tronos y Potestades que gobiernan al hombre; están cifradas dentro del Manantial de Luz, codificada en 144 mil púlsares de memorias correspondientes al mismo Centro y Corazón de la Galaxia, la Vía Láctea, Trono del Anciano de los Días.

Descienden desde el mismo Corazón del Primer Palpitar del Supremo que es Eterno, hasta el primer palpitar del corazón del hombre, que es el tiempo… yo lo vi: entonces, los siete pétalos de la flor del corazón, que fueron nombrados “Impulsos” por los Progenitores Mayores, los Maestros de Consciencia, se mueven y dan origen al tiempo del hombre.

Yo lo vi: en ese momento el cristal del hombre, su propia alma de Luz, comienza a moverse en el esplendoroso río del Valle de la Consciencia; y se mueve y se mueve, tiene vida y espíritu, adquiere mente y consciencia: y se mueve y se mueve, y asciende en el Océano de las Creaciones y se hace Hombre.

Yo Soy testigo de esto, porque aprendí a descifrar la Luz de mi espíritu y cifrar en Luz mi alma para el futuro de las almas humanas.

…Empecé entonces a “morir”, como mueren los humanos, a dejar el cuerpo carnal que hasta ese momento y como herramienta del espíritu, sirvió para conducirme por los caminos de esa vida que me enseñó cada lección que aquí me obliga a enseñar: ya había recorrido el valle de los espíritus.

El río de leche de cristales corría bajo mis pies, caminé sobre el puente y desde él vi formar cúmulos de espumas de cristales, estaba otra vez dispuesto a encarnar en nuevos corazones de carne de hombres: la Voz volvió a mostrar el camino…

“¡Mira allí tus memorias!”… y mis memorias fueron dibujando cada uno de los actos de mi vida.

Una secuencia de imágenes comenzaron a retroceder desde el mismo instante de estar allí en el nicho de la cámara de granito y muerte, como haz de luz viajaron hacia atrás, hasta mi nacimiento, recordándome cada una de mis acciones.

Todos y cada un de mis pasos, se volvieron a revivir con gran fuerza, como si fuese en ese mismo instante que los viviese.

Nada de mis obras quedó sin revisar, volvía a sentir las sensaciones de hambre, de sed y de dolor, los momentos de rencor e incomprensión: sentí dolor en mi alma por lo que rechacé y dejé de aprender para mi espíritu.

Mis acciones de perfección emanaban para mi espíritu aromas indescriptibles de paz no conocidos; en tanto las malas y desordenadas, me hacían sentir la hediondez de las cloacas del “Nido de Almas” donde había crecido.

Cada memoria tenía grueso y peso y no podía cambiarla: lloré por las malas memorias que herían mi alma, sentí dolor de alma por el tiempo perdido en esta mi encarnación.

Mis memorias muy lúcidas, diáfanas todas, me acusaban ante mi propia conciencia, entonces, allí en la lectura de la conciencia, comencé a tener Consciencia.

Y entonces, presentí y vi dentro del Manantial de Luz, el fuego oscuro de la tierra amarga, el agua cenagosa, el vaho fétido cubierto de oro y plata de posesiones de mundo, de razones, guerras y crímenes de la mente, y allí no había espíritu luminoso dentro de la tierra amarga de ellos.

Era el lugar de los espíritus separados por los Maestros de Consciencia, aquellos que recluían en aquellas botellas de cristal de dos dimensiones; una del tiempo, donde se formaron sin conciencia y la otra del tiempo, donde serán juzgados y destruidos en el mismo fuego que ellos avivaron.

Y vi entonces, que estos oscuros y fétidos espíritus se guardaban en cárceles de roca, estarían allí para dar cuerpo de obscurecido espíritu, a la Bestia terrible y espantosa, que llegaría al final de los tiempos; ellos serían los guerreros, asesinos, conquistadores de pueblos en nombre del dios de las tinieblas; bendecirían las armas y guerras, vistiéndose de santos y representantes de “Dios”, mientras serían fétidos como el aliento de toda la Bestia reunida.

…Una luz poderosa de miles de soles cubrió mi propia Luz, que sin desvanecerse, quedó dentro de ésta: no quemaba, era Luz de gran paz indecible.

No entendía en ese instante, hasta que la Consciencia habló, enseñándome para que mostrase este Saber en el futuro, para los pocos que llegarían al Templo de la Verdad… “La consciencia posee pensamiento de consciencia: no es una razón; es la memoria clara y limpia de su propia presencia, que piensa en su Ser y mantiene indeleble su Esencia, las verdaderas memorias del Alma.

Este pensamiento es el que es leído ahora por la Suprema Luz, es LA MEMORIA MAYOR DE TODAS LAS MEMORIAS, ella lee el pensamiento-conciencia humano, sus recuerdos de Ser, separándolos de sus emociones, apegos y pertenencias mentales de su mundo que ha creado para sí.

La Luz Mayor que ves y sientes, está desprovista de pensamientos, emociones, sentimientos y formas mentales de los mundos, es una Luz de Esencia dentro de la misma Consciencia y ella, en Consciencia, conoce su propia Consciencia, que es su Esencia que no se mezcla con la conciencia de los hombres y por esto,

Ella puede juzgar cualquier pensamiento, porque es Justicia para los hombres. Escribe esto en tu corazón, no en tu mente que se deshace cada desencarnación, pues la Luz Mayor rechaza los pensamientos y formas mentales del hombre que vive inconsciente, sin memoria de su conciencia;

impugna estas formas y sólo toma la esencia de la conciencia del participante, para enviarle a la siguiente encarnación.

Graba esta Ley en la intensidad de tu espíritu y siéntelo en tu cristal de fuego, porque únicamente así, esta Ley de Luz se graba en cada parte de tu carne y se convierte en memoria de consciencia, pues lo que aquí ves, tu luz dentro de la Luz; es la valoración de tu consciencia y la respuesta Mayor de la Luz, que te preparara de acuerdo a cuanto hayas logrado.

Te prepara dando más Luz a tu cristal, para que cumplas en las encarnaciones donde debes obtener la Luz de la Consciencia Suprema.

Todos los hombres de tu mundo deben llegar a ella; llegarán, no importa el tiempo que ellos mismos determinen. Mira tu cristal, es fuego sellando tu tiempo dentro de la Luz de la Consciencia; míralo y siéntelo, pues por voluntad propia, tú has enfrentado la muerte y ésta ha de llegar dentro de pocos instantes, cuando tu corazón deje de marcar el tiempo de leer tus memorias en la sangre de tus venas, en ese momento se acaba tu tiempo, esta vez, porque tú has decidido morir a la carne para obtener el espíritu:

habrás de morir, soltar de cada una de tus memorias grabadas, la esencia de ellas y entonces, tu cuerpo no tendrá más vida en esta carne que ahora posees”…

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Posteado por Oliver Mora.

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