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miércoles, 6 de febrero de 2013

Memoria RAM 1-Parte 17: EL MAESTRO DEL TEMPLO, LA MONTAÑA DEL TIEMPO (Llegó La Muerte)-Carlos Torres Valencia-Memoria RAM 1


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¡Saris! La Memoria Esencia es contraria a los demonios ascendidos que el mundo adora; a los parásitos que devoran creyentes y fanáticos, a cuantos ignoran que el Ser de consciencia, está dentro de ellos…

Varios días pasamos en las cavernas de los hediondos. Caminamos aun más abajo hacia los espacios infernales.

Se advertía calor, ruidos, alaridos, expresiones de susto y yo casi no podía respirar: una presión al corazón asistía en mi pecho.

A este lugar, dijo, no pueden descender sino los suicidas que niegan sus vidas, que no aceptan las causas de las Leyes que ellos mismos han violado contra sus encarnaciones.

Este mundo es sólo para ellos, porque hay otros espacios infernales para los más perversos: pero aquí, sólo llegan los suicidas, los que detienen sus vidas y las de otros.

Los ruidos y alaridos daban forma a las lenguas de fuego, que antes sentí; su forma se daba a cada quejido; era el mismo fuego de las pasiones de estos espíritus allí detenidos, los que daban estas formas que yo, vivo, sentía.

Debes saber, dijo, que aquí están cuantos endurecieron sus pensamientos sin conciencia, los que viviendo la vida, no fueron capaces de reconocerla en su conciencia.

Este es el lugar de los engañados del tercer encaje-velo, el que ajusta la forma real de las primeras betas de la mente celular sensorial verdadera; ellos creyeron que cuanto la vida les presentó, que consideraron no superaban, era la realidad y optaron por cortarse la vida.

Debes saber que ningún humano tiene derecho a la vida en sus manos; cualquiera que corte la vida de sí mismos y de otros, es maldito, cortado de la ley de encarnación y de sus mundos de vida.

La Vida es obra del Supremo Creador y Éste la otorga; mientras los Maestros de la Conciencia, aquellos que tú viste en el salón del Manantial de Luz, la administran, de acuerdo al tiempo que cada hombre posee dentro de los Días de Creación, dados por el Anciano de los Días, el Señor de todos nosotros.

Ningún mortal puede tomar decisiones sobre su propia vida, menos, sobre la vida de los demás.

Este crimen se da en el tercer encaje-velo, en los que no pueden ajustar a la realidad sus formas de pensamiento, entonces, se inclinan por el crimen, rechazan la verdad.

Éstos niegan las capacidades del milagro, el levantar muertos de los sepulcros, y se cortan sus vidas, porque endurecen para sí el primer pensar.

En cambio, cuantos siguen vivos en el mundo de los hombres, los que superan cada paso de sus vidas, que no es otra cosa que la forma acumulada de sus deudas de karma, éstos logran consistencia del pensamiento, piensan, sintiendo la vida celular que pulsa cada una de sus acciones de conciencia, que a su vez, trasmite todo cuanto es existencial, natural y de Ley de Creación; todo cuanto ya es, todo cuanto fue y de donde debe aprender y aprende, y aquí se muestra la obra del hombre.

Es aquí donde se inicia el verdadero TIEMPO-ESPACIO DE RESURRECCIÓN, es aquí, porque el hombre reconoce su identidad, su Yo Soy, su Resurrección que viene de sí mismo.

Nosotros estamos vivos, porque superamos, y ya ves, que caminamos por este TEMPLO INTERIOR, porque en uso de LA CONCIENCIA, hemos reconocido la fuerza del tercer encaje.

Ese lugar es un mundo árido, sin sonidos para los propios participantes; los sonidos se ahogan dentro de este mundo de sufrimientos, porque nadie los escucha.

Nosotros los podíamos oír al sentir el sufrir de sus corazones y desde éstos, sus gritos y lamentos.

Serpientes, animales nocturnos, ranas y búhos; rostros deformes e infernales, figuras ensangrentadas en medio de un calor sofocante, mientras cada uno de los participantes de este mundo viven una perpetua confusión; es el abismo astral…

Allí estarán hasta que se cumplan sus tiempos de vida que se les dio, a la que se les suma, la de los que asesinaron, quitándoles la otra vida.

Esas vidas tiempo, son restadas al asesino o suicida, y hasta que no se pague el último segundo de estas vidas, no regresarán en carne.

Pueden pasar miles de años en esta confusión y cuando regresan, se les quita el órgano o la parte que dañaron: esta ley se cumple para que se obtenga conciencia.

La Eternidad tiene todo el tiempo que el hombre rechace, y cuando alguno no quiere vivir los tiempos que se le ofrecen, son retrasados a otros mundos donde debe comenzar otra vez…

¡Saris! La Esencia, es Inmortal y la mente temporal; no tienen Esencia los mentales y emocionales…

Habíamos llegado a un salón amplio y luminoso, pude ver claramente las vestiduras de mi Maestro, su figura elegante y bien formada, se detuvo delante de un gran cuadrado de granito rojo y dijo: durante trece mil años regresarás a la tierra las veces necesarias para conformar tu espíritu, preparándolo para La Promesa, y luego, pasado este tiempo, con tus conocimientos y esencia, serás Guía del Saber del Templo; testificarás y enseñarás a los hombres con este conocimiento universal y perenne.

No olvidarás cuanto aquí aprendes, ya es guardado indeleble en TU ESENCIA, en los espejos de tu mente, tal como te enseñaron a reconocer.

En LA ESENCIA o tus Estancias del pensar de consciencia, allí quedan para siempre tus recuerdos.

Aprende y conocerás La Verdad de las Almas portentosas, Verdad que llega a la razón y entendimiento, Verdad que debe vivir tu espíritu para tu alma ávida de conocer.

Encamina aquí bien tu búsqueda del conocimiento y obtendrás la sabiduría que te será por compañera inseparable en los tiempos venideros.

Si aprendes, porque solamente debes caminar en este sendero por tu voluntad; si conquistas el Saber que te ofrecemos, la Verdad del Espíritu Eterno será siempre brillante, incólume en tu boca y con ésta, darás satisfacción a tu espíritu y vestirás de Cuerpos Eternos a los demás.

Tus destellos de Luz han llegado; hace tiempos que buscas, desde que llegaste; la distante sabiduría se acercó. Ahora la inicias limpia y sana dentro de ti.

Desde la Preexistencia se te dieron las llaves de todo Saber y sabiduría y ahora, debes abrir, una a una, las recónditas claves de La Vida, tu vida…

¡Saris! La Esencia, es el contenido espiritual individual del Saber Inmutable, es la pertenencia única de lo que se Es… ¡Se inicia el momento!

Aquí practicamos dos ciencias, la doctrina de la vida y la de la muerte, nos ligamos a ellas y en cada una, a su medida.

Servimos en la escuela de la vida, a nuestra vida, y la de los demás, en sus almas y espíritus, y en la doctrina de la muerte; nos servimos a nosotros mismos y a nuestras almas.

Aquí, a este salón, vienen los discípulos del Saber, los que desean conocer las ciencias perfectas de la vida y de la muerte; no llegan a este recinto cuantos no tienen consciencia del camino de la vida y de la realidad de la muerte.

“Aquellos individuos que aparentan conocimientos espirituales y que experimentan falsas interpretaciones a través de los sentidos, no tienen espacio de espíritu aquí; pues este es el lugar de los verdaderos valores del espíritu, de los que adquieren sabiduría, los que buscan tesoros Eternos: aquí se forja finalmente el hombre vestido de sencillez y abnegación, aquel, cuya acción perdura, irradiándose en prudencia; el hombre dedicado al servicio de la Verdad; y nunca tendrán parte en este Templo, los farsantes y lisonjeros que desfiguran el Testimonio de Justicia”.

Aquí aprenderás irreversiblemente y para el futuro de tu espíritu, el conocimiento de la Ley; el requisito esencial para contener dentro de sí, el Templo de la Sabiduría y cruzar en fulgor, el umbral de La Lógica, que expulsa el viejo pensamiento, la sombra de la verdad. Si te haces discípulo de este Templo, obtendrás la única Luz apetecible al espíritu del discípulo de Justicia.

Tu trabajo, al sobrepasar los pasadizos de oscuridad que has dejado atrás al llegar aquí, es conocer La Sapiencia y Fuerza de la Ley, porque en ella reside la mayor sabiduría del hombre, que selecciona su búsqueda en la vida.

Aquí morirá tu hombre viejo del mundo que se viste de cuanto le falta, los que llevan por traje la mortaja de la muerte sin regreso.

Este Templo en el que has crecido, no es real para el tiempo de los hombres, tampoco lo es para el orbe y mucho menos, para un futuro.

Este Templo es un lugar de Saber y Sabiduría, que traspasa las fronteras del ayer, del presente y el futuro.

Su tiempo no existe, es un núcleo de Luz dentro de la Eternidad de los hombres de este mundo y para un gran universo.

Fue creado por la fuerza de vida que alimenta los mundos, los universos, las mentes y las conciencias de los hombres desde el ayer, al mañana indiscernible.

Quienes lo habitamos, no somos hombres de este tiempo, lo somos de todas las edades. ¡Mirad allí en ese mausoleo de rojo granito!

Allí estás tú desde antes de que llegases a este tiempo, y allí estarás, aun cumplido los tiempos…

¡Saris! La Esencia es el camino de la sabiduría: así se encuentra el Ser y Soy, se encuentra la Consciencia de la Luz… Desde mis 27, hasta los 49 años, maduré en el Templo.

Poco a poco aprendí las lecciones de vida y muerte, revisé y practiqué cuanto aprendí antes del cuarto encaje-velo.

Mi Preparador me reiteró, que allí se iniciaba la Resurrección, la Promesa Eterna del alma.

Ya había aprendido, que la cuarta capa encaje, ajusta la exacta mente a su naturaleza real, la suma y la sustancia al cerebro y desde allí se hace pensamiento como expresión del espíritu humano.

Conocía la forma de convertir cada pensamiento en espíritu, grabando una a una, la memoria limpia y pura sin nexos de los tres encajes anteriores; limpia y pura en consciencia, convirtiendo cada impulso-pensar, en un símbolo del Sentir Interior, del DIOS INTERNO DEL HOMBRE.

Se inició desde ese momento una nueva preparación, me debatía entre la vida y la muerte.

Conocía el conocimiento “a paso lento pero seguro”; lento, porque el conocimiento debe aprenderse y hacerse consciencia y toda consciencia que intenta conseguirse veloz, sin conocimiento aplicado, se pierde; pues el Saber no se asimila a la velocidad del tiempo de los hombres, es a la eternidad de la consciencia, que es diferente al de los hombres…

Allí, en la cámara de granito rojo, empecé a morir; la voz de mi Preparador me conducía…

“Si has emprendido este desafío para enriquece tu espíritu, sabrás que has desatado las fuerzas eternas que conducen a la Verdad.

Si persistes, investirás tu espíritu con el Saber de tu cuerpo Eterno y el vino de la paz habrá llegado: deja atrás tus miedos, tu vieja envoltura REVÍSTETE DEL NUEVO PLUMAJE INTERIOR”…

¡Saris! el Ser se toca y ve; el Soy que ha sido, se descubre y fortalece en el Alma Inmortal… 42 días habían pasado desde que penetré por voluntad en ella para morir.

Con un ayuno largo se inició el desprendimiento del espíritu. Después de cuarenta días, la carne se enfrió y comencé intermitente el alejamiento del cuerpo.

En setenta días atravesaba el túnel de ida y regreso, iba y venía, por fin en 144, se hizo real.

Ya lo conocía desde las enseñanzas lentas y seguras, cada vez más exigentes de elección y selección: yo mismo elegía cuándo mi Preparador presentaba a mi espíritu sediento de verdades, los desafíos del trabajo interior…

“Ahora tu verdad encuentra TU PROPIA ESENCIA INMORTAL”…

Llegó la muerte.

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Posteado por Oliver Mora.

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