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jueves, 10 de enero de 2013

Tiempo Para El Cambio DESPERTANDO Enrique Castillo Rincón, La Historia Verídica, De Un Hombre Contactado. Parte 10 -“LOS VENUSINOS, SON VENUSINOS…?”-(El Tercer Encuentro)


Y llegó el día ansiado, donde tendría la oportunidad de conocer, personalmente, a los Venusinos, y sobre todo, a Orhion y a Yamaruck, a quienes, con el correr de las semanas, les habíamos tomado, especial cariño.

Hoy, creo, que aquí expreso el sentir de todos, pues ellos despertaron en nosotros un gran sentimiento de amor a la humanidad.

No quiero hacer pensar al lector, que éste sentimiento era algo cursi o que rayaba con el fanatismo.

NO. ¡De ninguna manera! Sabíamos que se estaba desarrollando algo grandioso y diferente con respecto a los otros mortales.

No era que un grupo de personas, de las más variadas profesiones y quehaceres, tuvieran la posibilidad de pasar por la misma experiencia nuestra. Hoy todavía ignoro lo que dirían o contarían en sus hogares.

Nunca les pregunté, y tampoco me comentaron nada al respecto, solo se que todos éramos muy cumplidos con la hora y los día de reunión.

Me levanté temprano, cubriéndome con una ruana (poncho de lana), para protegerme del frió (Bogotá es una ciudad muy fría, sobre los 2,600 mts sobre el nivel del mar.) que en las madrugadas desciende hasta calar en las huesos.

Tomé la grabadora y me despedí de Gloria. Salí a las 4 de la madrugada. Abordé un taxi en la esquina de mi casa, y al darle la dirección al taxista, se negó a llevarme.

Un nuevo intento, y el segundo taxista, me llevaría a la “carretera de circunvalación” con un pago extra. Llegué al sitio, y me bajé del taxi.

Subí una pequeña colina, desde, donde podía divisa, la montaña de “Cruz Verde”, dejando atrás Monserrate.

La ahora estaba señalada para las 5:00 a.m., me senté en un promontorio y me dispuse a esperar. Faltaba poco para amanecer.

Mi corazón marcaba una ligera aceleración y mi psiquis, creo, estaba con todas sus facultades.

Tuve ocasión de divagar y hasta filosofar un poco sobre lo que podría significar esta experiencia para mí y el grupo.

Con el pensamiento en éstas cosas, escuche un extraño “silente ruido”. ¡Si! la nave venia lentamente a mi encuentro.

No vi, en ningún momento, por donde entró a la zona boscosa, volando a nivel de las copas de los árboles.

A diferencia de la nave Pleyadina, esa tenia, quizás, solo 16 metros de longitud por unos 4 metros de altura, en cuyo centro se podía observar una cabina o cúpula de aspecto cristalino.

Al acercarse, noté unos extraños anillos en la parte inferior, que se separaron al aminorar la marcha o desplazamiento; allí, era fácil detectar, el movimiento de las copas de las árboles, a su paso.

Al tener la nave, a menos de 30 metros, de donde me encontraba, puse en marcha mi grabadora.

Escuché un silbido, como el rasgar del viento, en los cables de la luz, que yo había observado y escuchado, muchas veces en el pueblo donde pase parte de mi niñez en Costa Rica.

Mi corazón amenazaba con salírseme del pecho. En pocos segundos estaría frente a frente con los Venusinos.

¿Cómo serian? ¿Cuál es su apariencia? ¿Cómo se racionarían ellos ante mi, y yo ante ellos?

Todo se reducía a la espera de unos segundos más. El sonido del silbido disminuyó, y la nave inició el descenso, en un claro muy bien determinado.

Al separarse los anillos, se abrió en su vientre, dando lugar, ahora, a la salida de las “patas” de aterrizaje o sustentación. El ruido cesó.

El amanecer iniciaba sus luces. Coloqué el micrófono de la grabadora en mi mano en dirección a la nave para grabar el sonido, y hasta mis pasos al caminar por las hojas secas y las yerbas.

Se abrió una rampa-puerta y vi salir unas piernas pequeñas sin poder observar el resto del cuerpo. Escuché en mi cerebro una invitación de acercarme a la nave, ahora posada en el suelo.

Caminé rápido al encuentro, y pronuncié, en voz alta, los nombres de los comandantes:

-Hermano Yamaruck? Hermano Orhion?- al acortar los 30 metros que me separaban de la nave, me vi, frente a frente, a varios de ellos esperándome en el interior.

Vi claramente a los tripulantes esperando en semicírculo. Mi sorpresa fue mayúscula. Esperaba unos seres de 1.70m o algo así. Pero no.

Los vi, pequeños de estatura, y esto me sorprendió, pues he leído los informes de George Adanski, en donde declaraba, que los venusinos median entre 1.70 y 1.75 de estatura.

Ahora estaba un poco confundido, pero olvidando el asunto, me apresuré a subir a la nave por la inclinada rampa.

La grabadora me sorprendió, no estaba funcionando. La rampa era de un metal casi arenoso, opaco, de unos 4 metros.

Al llegar al nivel del piso me quedé de una sola pieza… todos los tripulantes, que estaban esperando a la entrada, eran, tremendamente parecidos, de un metro y medio de estatura, pero muy humanos.

Iba a hablarles, cuando escuche un caluroso saludo de bienvenida, en perfecto castellano:

-Hola Hermano Enrique. Todo bien?- Extendí la mano, y fui saludando, uno por uno, a los que estaban en la fila, en semi-circulo.

Eran 5, Yo iba preguntando: -Orhion,? Yamaruck?- El primero era Ourino, y en orden, Yaracka, Fhebo, Bharos, Comandante Yamaruck al final, y ahora, recién entrando al grupo, Orhion.

¡Al fin, conocía, personalmente, a quien nos había enseñado los valores del espíritu!.

Me sentí como un héroe que triunfa sobre el mal, era increíble que un ser tan elevado, pudiera ser tan humano, tan tangible, tan similar a nosotros.

Lo abracé, y sin darme cuenta, del impulso, le besé en la mejilla. Quedé sorprendido por la acción. El, tomándome por los hombros, hizo lo mismo conmigo. Fue un momento interminable.

Todos en silencio, sonrientes, me observaban. El Comandante Yamaruck rompió el hechizo del momento, e invitándome a seguir, caminé con él, mientras Orhion y los demás, nos seguían.

Noté que ellos, en estatura, me llegaban a la altura de mi nariz, deduje que debían medir no más de un metro con cincuenta (1.50mts.).

Aun lado, del pasillo metálico, entramos, por una puerta holgada, que nos conducía hacia el centro de la nave, según mi orientación.

Nos esperaban unos cómodos y abollonados sillones individuales, que me ofrecieron inmediatamente.

Observé alrededor del cuello de Orhion, una especia de “gargantilla” con unos símbolos o letras, me parecieron “runas”, los demás, no llevaban ni marcas, ni galones, que pudieran significar, alguna pista, para mi, de su rango o categoría.

El comandante Yamaruck vestía un elegante y bien diseñado traje de una pieza color plata, los demás vestían similar, pero de color verde claro, donde semejaban ver, algunos bolsillos laterales, y horizontales, botas plateadas, pero sin brillo, y en sus suelas, una tenue luz, que iluminaba, la parte del piso, por donde se paraban, o se movían.

Sus manos cubiertas mostraban una fina y delicada piel. Que pude sentir, al saluda a cada uno de ellos, y con el toque de la mejilla de Orhion.

Me dijeron, que habia 16 tripulantes, distribuidos en los dos pisos y cúpula, con múltiples asignaciones.

A diferencia de los Pleyadinos, no me enseñaron su fuente de energía, y no me “desinfectaron” tampoco.

La conversación se inició en castellano, advirtiéndome que ellos podían hablar en otros idiomas terrestres con tanta facilidad como ahora.

La conversación giró en torno al grupo y los resultados de la información que habíamos recibido desde diciembre del 73, hasta ésta fecha de julio, los 6 meses, de continua comunicación.

Me informaron que pertenecían a la misma organización estelar de los Pleyadinos, solo que estos, eran más avanzados, en muchísimos aspectos, y que tenían suscritos convenios de intercambio, que no me dijeron.

Tampoco supe en que se basaban estos acuerdos.

Al preguntar del desarrollo del grupo, me dio la impresión, posteriormente, al evaluar los 40 minutos, aproximadamente que estuve en contacto, desde el momento que aterrizó la nave hasta el momento en que salí, que ellos estaban realizando una prueba con nosotros (el grupo) a un nivel que se me escapa al interpretar.

Los informes, y enseñanzas espirituales, mesiánicas, y con olor cristiano, se me antojaba, eran para medir, las reacciones y consecuencias, como a manera de termómetro, en que, a nivel planetario, impactaría, un evento, de tal naturaleza, cuando las creencias están arraigadas.

Creo que ellos estimularon precisamente eso, nuestras creencias, para medir, ese posible, impacto, a nivel planetario, cuando se hiciera saber, que el hombre terrestre, no fue creado, como dicen las religiones, y donde todas, tuvieran que experimentar, una transformación, para sobrevivir, y la que menos estaba, condenada a desaparecer.

Advierto al lector (solo es mi sospecha), que estos alienígenas, en el más remoto pasado, tuvieron alguna ingerencia directa, y que han visto, muy claramente, lo que hemos hecho, de sus enseñanzas, y como nos ha servido, para manipular, controlar y someter.

Me disculpo abiertamente con todos mis amigos miembros del grupo, si se sienten ofendidos, de que mi apreciación no sea la correcta, pero he tenido tiempo de pensar muy detenidamente todo esto.

La estadía a bordo, se había reducido, a ésta reunión, en que estuvieron, 6 de los miembros de la tripulación.

Me alertaron sobre la llegada de una gigantesca nave con un personaje muy importante abordo, para tener un entrevista con dos grandes, y evolucionados hombres terrestres; reunión que se llevaría a cabo el mes siguiente (agosto), en algún lugar del planeta.

Yo pensé, que después de esto, algo grave pasaría, como los acontecimientos de la II guerra mundial o algún grave suceso planetario que sacudiría las fibras de sus pobladores, pero no fue así.

Esto tiene otras implicaciones muy lejos de ser interpretadas por nosotros. En las pocas preguntas que hice, me mostraron un panorama muy difícil para la humanidad.

Tenia claro, que para el grupo, se estaba terminado el tiempo de las comunicaciones. Pero lo aprendido ahora me da una visión muy clara del acontecer.

No solo diario, sino, a corto y largo plazo, tanto en el campo político, militar, social, y sobre todo, el religioso.

Al dar por terminado el dialogo, entre otras cosas, me dijeron, que saludara, especialmente, al hermano Quiroga, y su hijo Javier.

Ellos habían logrado entrar en el “canal” de los Venusinos, pero por alguna razón, no lograron mantener la comunicación.

Me hicieron un comentario sobre el nombre que le daríamos al hijo que estaba por nacer, fruto de mi unión con Gloria.

Los Venusinos, nos habían dicho, a Gloria y a mí, que era varón y que nacería, entre el 23 y 25 de diciembre de ese año, 1974.

¿Cómo supieron con tanta exactitud el nacimiento de mi hijo?

Ellos habían autorizado el llamarle, Orhion Yamaruck, puesto que Gloria quería el nombre de Yamaruck y yo el de Orhion.

Finalmente optamos por el nombre de los dos, plenamente autorizados por los mismos Orhion y Yamaruck.

También, me llamaron la atención, a prestar, mayor atención, al desenvolvimiento del grupo, ya que “algo” hacia peligrar su existencia.

Es más, creo que debido, a ésta situación, ellos terminaron su “plan”, antes de lo previsto. Mi estancia en la nave había terminado sin movernos del lugar de aterrizaje.

La despedida fue como de antiguos amigos, efusivos y joviales, dándome una gran confianza interior.

Me sentí privilegiado, ¿Por qué no? Era uno de los pocos mortales que podían contar una historia igual.

Al despegar la nave, cuando ya me había retirado lo suficiente, sentí una gran nostalgia, que hizo brotar lagrimas de mis ojos.

Escuché a los lejos, ladridos de perros, que quedaron grabados, una vez, que la grabadora, volvió a funcionar.

A lo lejos un avión irrumpió en el bellísimo amanecer, frió, pero hermoso.

Grabe con mi voz, las apreciaciones del encuentro, y me senté en la hierba para pensar, para despertar de éste acontecimiento, y lograr, mantenerme equilibrado y claro, en mi futuro proceder.

Ahora estoy seguro de que la presencia extraterrestre en nuestro planeta, obedece aun plan muy específico, de largo alcance, con todas las implicaciones que esto conlleva, en que dos fuerzas Universales: el bien y el mal, están trenzadas, por prevalecer, y hasta ahora, no se ha podido vislumbrar, un ganador.

Mas adelante, expondré, como quizás, la fuerza de la verdad prevalecerá, cuando el “bueno” va perdiendo, algo le recuerda su honor, y toma fuerza descomunal, que le hace actuar, de forma increíble, y derrota a su oponente.

Así, prevalecerá el espíritu de libertad, y las religiones, ya no tendrán influencias, para convertir en fanáticos, a sus ignorantes feligreses, y hacerles perder, su verdadera identidad y esencia, de Inmortalidad.

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