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domingo, 28 de julio de 2013

Mensaje de María de Nazareth para estos tiempos, por Maria Ruso


“Vosotros estáis atravesando un periodo de designio de amor”
En aquel tiempo de gloria, se vivía en contacto con la naturaleza, lo que nos rodeaba, no estaba contaminado, por el ruido de las grandes ciudades.



Yo soy María de Nazareth, la que transito aquellos parajes inolvidables de felicidad, allí tenia tiempo para pensar y meditar en mi pequeño jardín.



Era un día don de el sol brillaba en su máximo esplendor, pero hacia frio, y mis rosales no tenían flores, parecían tristes.
Entonces pensaba y meditaba, ¡cuando florecerían y ese día seria una fiesta para mí!



Meditaba, y veía millones de rosas y flores en mi jardín, eran las almas puras vibrando en la luz. Cada flor, era un pensamiento una emoción, una alegría, pero también a veces eran dolor. El gran dolor de las almas, que pierden su rumbo, sin conocer quienes son, en verdad.



Jesús tenia en aquel tiempo seis años, y sus dos naturalezas se cruzaban… todo el tiempo. En el silencio que se producía, cuando simplemente me miraba, decía grandezas, muy sabias y divinas.Que me dejaban pensar, y eran motivo para mis meditaciones.



Se entrelazaban, con los temas que jugaban de cualquier otro niño.Entonces, me decía a mi misma, ¿Como es posible?, mi hijo es Dios y ¡yo soy su Madre! Vivía entre el asombro de este don tan preciado, ¡Dios ha bajado en mi hijo!


Sin ninguna duda eran tiempos de oro, y agradecía al cielo, por tan maravilla.



Los tiempos se repiten, los cielos están entre vosotros. Y vosotros estáis atravesando un periodo de designio de amor.



Mis niños adorados, sois esas rosas, que miraba, en mi jardín, ahora sois pimpollos, pero pronto seréis las rosas y las flores eternas de mi jardín.



Estoy a vuestro lado, muy cerquita, diría casi junto a vosotros, os observo con ternura y susurro a vuestros oídos, cuando me dejáis deciros algún mensaje.



Vosotros estáis todos por un designio de amor infinito. Yo María de Nazareth me dirijo a vosotros y os nombro por vuestro nombre, con mis labios llenos de amor, desde mi corazón, vosotros sois un regalo, para mi, que he esperado tanto tiempo, estos momentos donde la gracia divina se derrama por doquier, para cumpláis vuestro designio de amor, que es mío, y es vuestro, y es la obra nuestro amado Padre, que os ama, y os quiere cerca suyo, porque supieron amar y entender el verdadero amor, que os llama desde eones.



Sois las luces del mundo, es por esto que Jesús me envía nuevamente, como os he anunciado que vendría en vuestros corazones, por gracia de Dios Padre. Esta vez, me envía para bendeciros en su nombre, bendecir vuestra alma y dar esperanza en vuestros caminos de ascensión.



Vuestros cuerpos lentamente, ya brillan como cristales puros que sois. Vuestras almas, están llenas de entusiasmo porque pueden ser libres al fin. Vuestros espíritus se asemejan, a las aguas claras de los ríos de montaña, que van purificándose, a medida que bajan como agua de manantial.



Vuelvo a mi vida en Nazareth, y recuerdo a mis rosales sin rosas, ya , cuando mi niño, tenia tan solo seis años, me dijo, después de un silencio muy especial.



Immi, “Yo conozco el tiempo y el futuro, los hombres que vendrán, y el amor que darán a sus hermanos”. Un día te enviare de nuevo, por una inmensa gracias de Dios Padre, a bendecir almas con pureza de corazón, será en un bosque, en una montaña, en el mar, en una casa, en todo lugar donde se encuentre el amor, donde viva el amor, donde reine la armonía, el respeto mutuo y la felicidad eterna. Este es el amor que mi Padre dejo fundado en los corazones de los hombres.



Yo le respondí, a mi niño, “pero es un mundo de fantasía”.

Y ME DICE.. Ya llegaran los tiempos no muy lejanos, donde los hombres desearan ser libres de alma y de corazón, volverán a sus raíces, reconociendo que son hijos de Dios, llevando ese sentir de ser luz, sin el peso de tanta fatiga.



Immi, dentro de muchos , muchos años, hablaras de este tiempo y de aquel tiempo y te harás conocer. No podía comprender sobre el tiempo, que me hablaba, el único tiempo era el tiempo que pasaba junto a el, pero me hablaba del no tiempo.



¡Cuantos recuerdos bellos de mi tiempo, y os dedico a vosotros para que me conozcan mejor! Os cuento mis recuerdos, porque pueden ser similares a los vuestros.



Basta mirar el cielo, cuanta inmensidad.

Basta mirar la naturaleza, cuanta belleza.

Basta mirar la vida, cuanta riqueza, que no es material.

Basta mirar los ojos de un niño pequeño, y encontrareis el reino de Dios en sus almas.



Basta mirar las estrellas y el universo.

Las mismas almas, las mismas flores, las mismas estrellas, con las que meditaba, cuando vivía en Nazareth.


Immi, “muchos vendrán a mirar estas estrellas, y encontrarán que allí el tiempo no pasa”. Amados pequeños niños de mi corazón, vosotros sois mis hijos, semillas estelares, que en estos tiempos estáis sembrando la luz que permaneceré eternamente.



Yo soy María de Nazareth, y os cubro con mi manto de la Gracia.

Mensaje de María de Nazareth para estos tiempos, por Maria Ruso


GHB - Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/

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