Es preferible que te dirijas siempre a Dios para la satisfacción de tus deseos, en vez de rebajarte ante otros, que a su vez no son más que herramientas en manos de Dios.
A Su manera silenciosa, Dios transformará la mente, y la dirigirá hacia las prácticas espirituales y la peregrinación espiritual exitosa.
Él no puede permitir que Sus hijos se pierdan y sufran en la jungla.
Cuando te diriges a Dios y buscas Su ayuda y guía, has dado el primer paso para salvarte.
Luego eres guiado a aceptar Su voluntad como propia.
Así alcanzas la paz.
Dios te atrae hacia Él para reformarte y remodelarte.
Dios es una especie de artesano, reparando la ‘vajilla humana’ que tiene roturas y daños.
Él es adepto a componer corazones rotos, mentes frágiles, intelectos torcidos, resoluciones débiles y fe marchita.
Acude a Él con tus manos saludando en plegaria, manos que estén ansiosas de servir.
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