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domingo, 21 de octubre de 2012

El agujero de las ‘cajas’ alemanas podría ascender hasta los 250.000 millones de euros


Internacional
El agujero de las ‘cajas’ alemanas podría ascender hasta los 250.000 millones de euros

B.B.
Angela Merkel no quiere ningún supervisor bancario dibujándose en el horizonte. Por eso ha forzado a sus socios europeos a aceptar la realidad: que dicha institución se formará, como pronto, en 2014. ¿Por qué este empeño de la canciller en retrasar este mecanismo de control? Uno de los motivos podría ser la cifra que barajan algunas voces del mercado consultadas por EL BOLETÍN: los landesbank (el equivalente a las cajas de ahorro en España) tienen un agujero negro valorado en, como mínimo, 250.000 millones de euros.
Las fuentes consultadas aseguran que ese es precisamente el principal problema del país.
“De momento este es el elefante dentro de la tienda de chinos al que nadie parece prestar atención porque mantienen su liquidez, aunque habrá que ver por cuánto tiempo hasta que se les exija cumplir con ciertos requisitos de capital”. “¿Cuánto capital necesitarían?
Las primeras estimaciones hablan de 250.000 millones de euros, y eso sólo parece una fracción del total”.
El caso del WestLB es paradigmático. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ya advirtió a principios del pasado mes de julio que había que tener cuidado con esta entidad financiera alemana. Y es que por aquel entonces Berlín ya llevaba varios meses tratando de vender este landesbank por separado a diversos compradores. Sin embargo, muchas de las operaciones no conseguían llegar a buen puerto dada la cantidad de productos derivados (muchos de ellos ‘tóxicos’ ahora mismo) que arrastraba.
Sin embargo, no sólo en estas entidades financieras de circunscripción regional hay nubes de tormenta. El problema va más allá. “Durante cuatro años los bancos alemanes han acumulado activos periféricos del sur y el este de Europa en un esfuerzo realizado para mejorar sus márgenes y beneficios”, han asegurado estas personas, que han puesto de ejemplo el caso del Hypo Real Estate.
Otro caso que se comenta en parqués y oficinas de operaciones es el del Commerzbank, el segundo mayor banco del país por el volumen de sus activos, que “ha sido nacionalizado parcialmente por la República Federal alemana a través de una participación del 23,99% que se ha vendido como una inversión en títulos”. Esta entidad es “uno de los bancos sistémicos del país que caerá bajo el escrutinio de ese regulador único”. En cuanto empiece a funcionar, claro.
Las sospechas sobre el mal estado del sector financiero alemán, y en concreto el de las cajas alemanas, que sostienen estos operadores del mercado se ven avaladas, a su vez, por Michael Lewis. Este antiguo ‘broker’ del banco de inversión ya desaparecido Salomon Brothers, actualmente editor de Vanity Fair y colaborador de la agencia financiera Bloomberg y del diario The New York Times explica, en su libro “Boomerang” (editorial Deusto), lo que le ha pasado a la banca alemana.
Citando a un economista alemán que da clases en la Hertie School of Governance, llamado Henrik Enderlein, Lewis argumenta cómo “al principio muchos observadores creían que los bancos alemanes estarían relativamente menos expuestos a la crisis”. Sin embargo, según Enderlein, “sucedió todo lo contrario”: “Los bancos alemanes acabaron contándose entre los más afectados de la Europa continental y eso pese a unas condiciones económicas relativamente favorables”.
La tesis que defiende Lewis en su obra es que “los alemanes, a través de sus banqueros, emplearon su propio dinero para hacer posible que los extranjeros se comportaran como unos locos”. “Si simplemente hubiese sido la única nación grande y desarrollada con una ética financiera decente, darían una imagen concreta de simple rectitud. Pero habían hecho algo mucho menos común: durante el boom los banqueros alemanes hicieron lo indecible por ensuciarse”, escribe el autor.
No obstante, en Alemania parecen estar contentos. A pesar de que su crecimiento económico se puede ver severamente afectado por la mala situación que atraviesan sus socios europeos (debido a un descenso de sus exportaciones en la zona del euro), el hecho de que la crisis de la región haya convertido al país en un valor refugio para los inversores que apuestan por deuda soberana ha conseguido que sus costes de financiación se hayan abaratado notablemente en los últimos años.
Los bonos a diez años de Alemania, que es la principal referencia en los mercados de deuda, cotizan a un interés que se encuentra entre el 1,5% y el 1,7%. Y ha llegado a subastar estos papeles por un 1,42%. Mientras tanto, España sufre unos costes de financiación que se traducen en un 5,5% de rentabilidad ofrecida, y eso sólo en los últimos días, con las aguas en calma. Hace varias semanas esta cifra superaba el 6%.
2012-10-20 • 12:18:00
Esto se presuponía Siguiendo el axioma que dije en su día, con la crisis, cuanto más grande sea un país, un banco o una empresa más grande es el agujero. Unos por endeudamiento y otros por demasiado apalancamiento.
TODOS estamos igual La diferencia entre unos y otros es las reservas con las que cuenta.
Los norteamerciacnos juegan con trampa sino ya hubieran quebrado. Cuando lo necesitan tiran de la FED.
Quisiera contaros brevemente como vé esta crisis, que se nos ha agarrao al cuerpo como una garrapata, el lumbreras de mi pueblo, un tal Séneca. Apodo que le pusieron por sus avispados raciocinios sobre cualquier tema.
El hombre nunca estudió pero su claridad a la hora de analizar cualquier supuesto era tan sobresaliente que todos acudíamos a él buscando consejo.
Para, Séneca, la crisis es simple y llanamente un expolio de los más ricos a los más pobres. No tiene la más mínima duda. En cuanto se percató que después de la caída de Lethman no había liquidez en el sistema sentenció. Es cuestión de tiempo que el pez grande se coma a los más chicos. 
Como pocos entendían lo que quería decir se inventó un relato que explicara sus palabras.
Ahí va y espero que os guste.
Imaginaros, decía, una aldea que tuviera 26 aldeanos. Cada uno con su oficio y sus ahorros.
Imaginaros que para toda la aldea hay un banquero ajeno a ella que se dedica durante un tiempo a hacer fluir el dinero fácil tanto para que las empresas puedan crecer como para que los consumidores puedan comprar.
Imaginaros que un buen día, de golpe y por el motivo que sea, dejara de fluir el crédito a la aldea.
Las consecuencias de tal suceso para todos eran totalmente previsibles. Cierres de empresas por falta de ingresos al no tener compradores y quiebra de unos y otros al no poder cumplir con los préstamos contraídos.
Para evitar llegar a ello e intentar encontrar una solución se reunieron en la alcaldía todos los aldeanos.
Algunos propusieron buscar nuevas fuentes de financiación mientras se buscaba la forma y manera de recortar gastos y mermara lo menos posible su nivel de vida.
Otros añadían a esto, dejar de pagar la deuda durante unos años como forma de ganar tiempo mientras se recomponían sus economías.
Como no se ponían de acuerdo, al final y como siempre, se impuso la solución que más convenía a los más ricos del pueblo.
Y era la que se podía esperar de sus egoístas corazones. No querían una solución global para todos sino que tenían que reconocer todos que habían vivido por encima de sus posibilidades reales y que no quedaba más remedio que devolver el dinero recibido por lo que cada cual se estrechara el cinturón y se fuera apañando con sus ahorros hasta capear el temporal de la crisis. 
Aparentemente, esta insolidaria solución, no escondía segundas intenciones pero el tiempo les dió la razón a los más desconfiados.
Como es normal, en la aldea existían patrimonios de diferentes cuantías.
A lo largo de la crisis se fueron arruinando poco a poco desde los más pobres hasta los de mayor cuantía sin llegar en ningún momento a preocupar alos cuatro más pudientes.
Los cuales según se iban arruinando sus vecinos iban comprando a precio de saldo sus pertenencias.
Al final y ya cuando por fin la crisis parecía que también les iba a tocar a ellos, reunieron a todo el pueblo y propusieron que para salir de la crisis lo mejor sería pedir un préstamo a quien fuese y por el interés que les pidiesen ya que o sino el pueblo se vería abocado a desaparecer o hacer un Default General y que se cancelaran todas las deudas o que desapareciera la moneda que utilizaban y empezar de cero con otra. Que más daba, ya solo contaba como riqueza el patrimonio real y ese ya estaba en unas pocas manos.
Para muchos, esta solución llegaba demasiado tarde pero se agarraron a ella como a un clavo ardiendo. 
Para Alemania llegó en el momento justo. Justo después de haber expoliado a todos sus vecinos.
Fuente: Armakdeodelot

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