Analytics

Traductor




EnglishFrenchGermanSpainItalianDutchRussianPortugueseJapaneseKoreanArabicChinese Simplified

 

jueves, 20 de septiembre de 2012

“La inocencia de los musulmanes”: La blasfemia como una táctica política


La circulación en Internet del trailer de una película, “La inocencia de los musulmanes“, ha provocado manifestaciones en todo el mundo y dado lugar a la matanza en Bengasi del embajador de EE.UU. en Libia y a otros tres miembros de su equipo.

A primera vista, estos eventos se podrían simplemente añadir a la larga fila que conduce desde los Versos satánicos de Salman Rushdie a la quema del Corán del pastor Terry Jones. Sin embargo, este nuevo ataque se diferencia de otros incidentes en que la película no fue dirigida a un público occidental, sino que fue concebida únicamente como un instrumento de provocación dirigida a los musulmanes.
En términos políticos, el asunto se puede analizar desde dos puntos de vista: Desde el punto de vista táctico como una manipulación anti-Estados Unidos, o de carácter estratégico, como un ataque psicológico contra los musulmanes.
La película fue producida por un grupo sionista compuesto de judíos con doble nacionalidad israelí-estadounidense y por un copto egipcio. Se terminó hace varios meses, pero fue lanzada a la red en un momento concreto calculado para provocar disturbios contra los Estados Unidos.
Agentes israelíes fueron desplegados en varias grandes ciudades con la misión de canalizar la rabia de la multitud contra objetivos estadounidenses o coptos (aunque no a objetivos israelíes). Como era de esperar, el efecto máximo se alcanzó en Bengasi, la capital de la región Cirenaica en Libia.
La población de Bengasi es conocida por albergar a grupos particularmente reaccionarios y racistas. Es útil recordar que en la época en que las caricaturas de Mahomaaparecieron, en septiembre de 2005, los salafistas atacaron el consulado danés. De acuerdo con la Convención de Viena sobre diplomacia, el gobierno libio de Muammar al-Gaddafi desplegó tropas para proteger el servicio diplomático que entonces estaba bajo ataque. La represión de la revuelta dio lugar a numerosas muertes. Posteriormente, Occidente, tratando de derrocar al régimen libio, financió publicaciones salafistas que acusaron a  Gadafi de proteger el consulado danés por haber estado supuestamente detrás de la operación de las caricaturas.
El 15 de febrero de 2011, los salafistas organizaron una manifestación en Bengasi que conmemoraba la masacre durante la cual ocurrieron disparos, un incidente que marcó el comienzo de la insurrección de Bengasi que abrió el camino a la intervención de la OTAN. La policía libia arrestó a tres miembros de las fuerzas especiales italianas que confesaron haber disparado desde los tejados al aire sobre los manifestantes y la policía para sembrar el caos y la confusión. Mantenidos como prisioneros durante la guerra que siguió, fueron puestos en libertad cuando la OTAN se apoderó de la capital y los sacó clandestinamente fuera del país a Malta en un pequeño barco pesquero en el que yo también era un pasajero.
Esta vez, la manipulación de la gente de Bengasi por agentes israelíes tuvo como objetivo el asesinato del embajador de EE.UU., un acto de guerra que no se veía desde el bombardeo israelí del USS Liberty por la Fuerza Aérea y la Marina israelí en 1967. Esto constituye el primer asesinato de un embajador en el cumplimiento del deber desde 1979. El acto es tanto mas grave teniendo en cuenta que en un país donde el gobierno central es una ficción puramente legal, el embajador de EE.UU. no era simplemente un diplomático, sino que funcionaba como gobernador, como jefe de Estado de facto.
Cabe destacar que en las últimas semanas, los oficiales de más alto rango del ejército estadounidense han entrado en conflicto abierto con el gobierno israelí. Se han emitido declaraciones que significan su intención de poner fin al ciclo de guerras iniciadas después del 11-S (Afganistán, Irak, Libia y Siria) y que, a la luz de los acuerdos informales de 2001, se ampliará aún más (Sudán, Somalia e Irán). El primer disparo de advertencia ocurrió en Afganistán, en agosto de 2012, cuando dos misiles fueron disparados contra el avión estacionado del general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU.. Esta segunda advertencia ha resultado ser aún más brutal.
Si, por otro lado, se analiza este asunto desde el punto de vista de la psicología social, la publicación del trailer de la película y sus secuelas parecen ser un ataque frontal a las creencias de los musulmanes. En este sentido, es similar en naturaleza al episodio de las Pussy Riots pisoteando la libertad religiosa en el interior de la catedral ortodoxa de Cristo Salvador en Moscú y en las posteriores actuaciones de pornografía conceptual en las que el grupo estuvo involucrado. Se trata de operaciones destinadas a violar las sociedades que se resisten al proyecto de dominación global.
En las sociedades democráticas y multiculturales, lo sagrado es visto como algo que pertenece y se expresa en la esfera privada. Sin embargo, está en proceso de elaboración un nuevo espacio colectivo de lo sagrado. Los estados de Europa occidental han aprobado leyes de “memoria histórica” ​que han transformado un acontecimiento histórico -la destrucción nazi de los judíos europeos- en un acontecimiento religioso: La “Shoa” en terminología judía, o el “Holocausto”, tal como se expresa en el lenguaje cristiano evangélico.
Los crímenes nazis de este modo se elevan al nivel de un evento único a costa de las víctimas de otras masacres, incluyendo otras víctimas de los nazis. Cuestionar el dogma, es decir, esta interpretación religiosa de los hechos históricos, está sujeto a una sanción penal, al igual que la blasfemia se castigaba en el pasado. Del mismo modo, en 2001, los EE.UU., la Unión Europea Estados y varios de sus aliados impusieron por decreto que poblaciones enteras de las naciones deben guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de Septiembre. Esta decisión se sustenta en una interpretación ideológica de las causas de la masacre. En ambos casos, el haber sido asesinado porque era judío o porque era estadounidense le confiere un estatus especial a estas víctimas ante las que el resto de la humanidad debe hacer una genuflexión.
Durante los Juegos Olímpicos de Londres, tanto las delegaciones israelí y estadounidense intentaron ampliar su espacio sagrado aún más mediante la imposición de un minuto de silencio durante la ceremonia de apertura del evento más visto por televisión en todo el mundo, esta vez en nombre de los asesinados en los Juegos de Munich de 1972. Al final, la propuesta fue rechazada por el Comité Olímpico celebrando una ceremonia aparte. Esto es sólo una prueba más de los esfuerzos para crear una liturgia colectiva legitimando el imperio global.
“La inocencia de los musulmanes” sirve a la vez como un instrumento para traer de vuelta a Washington a la primera línea en un momento en que pudieran estar dando algún paso atrás en la agenda sionista y también como un medio de conseguirlo mediante atacar la fe de otros que se resisten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario