Jesús A Través De Juan: El Miedo Es Una Enfermedad, Que Se Cura Mediante El Amor, La Compasión, El Perdón Y La Aceptación
26-04-2013
El propósito de una ilusión es captar completamente tu atención con el fin de distraerte para que no veas lo que el mago quiere mantener oculto, invisible y ausente de ti.
Y tú eres el mago! Has deseado que Dios permanezca oculto, invisible, no reconocido. Y la ilusión que generaste ha funcionado extremadamente bien.
Sin embargo, la gran mayoría de la humanidad ya ha tenido suficiente – el valor de la novedad desaparece – y ahora quiere y tiene la intención de ver y reconocer lo que se le ha ocultado.
Esta intención está completamente alineada con la Voluntad de Dios, y por lo tanto no puede fallar en su logro, en consecuencia, la humanidad despertará en gozo eterno.
Tu destino divino es inevitable, pero tienes libre albedrío, por lo que puedes retrasar tu llegada, tu despertar indefinidamente si decides hacerlo – recuerda que el tiempo también es una ilusión!
No soltar tu equipaje – todas las “cosas” emocionales que has acumulado a lo largo de los eones, y de tus muchas vidas terrenas –te retrasa.
Con las nuevas energías que envuelven a la Tierra, y que en consecuencia rodean y afectan a todos en el planeta, todo ese bagaje explota en tu conciencia desde las lo más profundo, donde se ha escondido, causando trastornos emocionales perturbadores o agitación interna.
Todo lo que necesitas hacer es reconocerlo sin detenerte en ello, y permitir que pase, como efectivamente lo hará. Ya no necesitas nada de eso (en realidad nunca lo necesitaste), Y engancharte con ello y tratar de darle sentido es una gran distracción para ti. Simplemente deja que fluya y lo hará.
Sí, es incómodo – como sacar una astilla o una espina de la carne, duele – pero si no lo haces, se encona y se infecta, y se torna mucho más doloroso, y exige aún más de tu atención para que no se gangrene.
Una vez más, es su decisión si deseas habitar en ello o dejarlo ir, y es ahí donde el perdón logra maravillas, porque es el bálsamo sanador por excelencia.
Cuando has sido ofendido o maltratado, tu ego se levanta para protegerte, insistiendo en que requieres y mereces restitución, al tiempo que exiges reconocimiento y castigo para el que te ha herido.
Es una respuesta humana natural. Sin embargo, si vives en el delito o el abuso, recordando con amargura el dolor que te causó, la carga emocional que esto conlleva se activa, llevándote al resentimiento y la ira que te corroe, haciendo imposible la paz o la felicidad.
Cuando decides perdonar al agresor – y para tomar esa decisión debes ver el caso, el incidente desde una nueva perspectiva – se produce la curación y el dolor empieza a disminuir.
Tu intención de perdonar se refuerza aún más y el dolor desaparece. Por supuesto, puedes recordar lo que pasó, pero ya no te causa dolor y no vives en él, porque hay cosas más felices y más interesantes para ocupar tu mente.
Si el perdón te parece algo imposible siquiera de considerar, entonces, pide ayuda a tus guías o ángeles. Descríbeles lo que pasó como si se lo estuvieras contando a un amigo cercano y, a continuación, suéltales la historia que acabas de narrar con la intención de que la carga emocional que sostienes sea liberada.
Tu intención es una herramienta increíblemente poderosa, pero sin duda, ayuda el pedir asistencia a aquellos en los reinos espirituales a la hora de emplearla o utilizarla. Y ellos siempre están allí listos y dispuestos a ayudar.
A menudo, cuando se comparte una historia de abuso o dolor con un amigo, este se compadece de ti, está de tu lado, y acepta que lo que ocurrió fue realmente inconcebible.
De cierta forma, para eso es que son los amigos, en ese momento. Pero después, cuando quieres liberarte del dolor, volver a contar la historia solo fortalece su sentido de ser víctima, inhabilitándote para ver el evento desde una perspectiva que te permita reconocer el intenso dolor experimentado por tu agresor, que es un clamor por amor, y tu profundo, aunque oculto, deseo de perdonar.
Verdaderamente, porque ustedes son seres divinos, seres de amor, su deseo más íntimo es compartir y ampliar su amor de manera indiscriminada y sin condiciones a través de la compasión, la comprensión, la curación y el perdón.
Sin embargo, desde que construyeron la ilusión han ocultado esa parte de sí mismos, la mayor parte de ustedes mismos, de sus egos, que hayan esto amenazante y terrorífico.
El Ego de ustedes cree que el mundo es un lugar muy peligroso, y presenta pruebas constantemente para demostrar que esto es así.
Probablemente has notado que las personas que se ven más tranquilas y más en paz consigo mismas son aquellas generalmente menos impulsadas por el ego al contrario de aquellas que son dirigidas por los compromisos y plazos que deben ser absolutamente respetados. Y que los primeros son mucho menos propensos a tener accidentes e incidentes que los segundos.
Que esperas traer a tu vida, es tan simple como eso. ¿Cuántas veces has dicho o escuchado a alguien decir cuando se produce un accidente o una desgracia: “Yo sabía que iba a suceder?”
Así que cambia tus expectativas con el fin de cambiar tu vida – y cambiar el mundo! La ilusión fomenta el miedo, transmite miedo a quien le presta atención, y se regodea en la creencia del miedo, al que están esclavizados tantos seres humanos. Si sueltas el miedo, no puedes ser conducido o controlado.
Y cuando, a pesar de tu miedo, haces algo que te asusta, entonces el temor que esperabas sentir será mucho menos de lo que habías imaginado.
El miedo es un mecanismo de control que se utiliza con gran efecto, e irónicamente, a menudo los más temerosos son aquellos cuyas vidas parecen ser las más seguras. Dentro de la ilusión nada tiene sentido.
El espíritu que prevalece es “El amor es débil! – Evítalo! – Conquista tus miedos por ser fuerte, contundente, exigente, seguro, e inflexible “Pero el amor es como el mar golpeando en las rocas!. El océano es flexible, dinámico, lo envuelve todo, y las rocas se desgastan.
El miedo es una enfermedad, que es curada por el amor, la compasión, el perdón y la aceptación. Comprométete con el amor de Dios, el amor de ustedes mismos, y el amor de toda la creación, y acércate más al despertar – que es el destino inevitable e ineludible, siempre a la espera de darte la bienvenida a casa.
Tu hermano que te ama, Jesús.
Traductor: Rossana Carmona
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