ÉXODO.
Los científicos modernos saben que el Éxodo Judío no es un hecho histórico. El pueblo judío, no estuvo nunca preso en Egipto, o por lo menos no lo estuvo en tiempos de Ramsés II. No olvidemos, que la Torá (instrucción) o Ley de Moisés que son los textos sagrados de los que sale el Antiguo Testamento que hoy conocemos, son una serie de tradiciones que el pueblo transmitía de modo oral hasta que el Rey Josías (por intereses políticos), recopiló e hizo oficial la Ley Mosaica (unos 600 años antes de nuestra era).
Los textos sagrados se comprenden mucho mejor, cuando se les desnuda de todo viso de historicidad y se analizan desde un punto de vista simbólico. Hoy en día, casi nadie es capaz de creer de forma literal (excepto los muy fanáticos), que un hombre separara las aguas con su vara o hiciera brotar agua de las rocas, por muy Moisés “Salvado de las aguas” que fuera.
El Éxodo, es una alegoría del tránsito que ha de hacer el “Pueblo elegido” (o sea la humanidad) desde la esclavitud del mundo (sistema jerárquico impositivo sin conciencia, sin “corazón”) representado por el Egipto y su Faraón de la época, hasta la “Era dorada o Nueva Era” representada por “La Tierra prometida”. Para ello hay que transitar “40 años” por el “desierto”.
El número 40 es el valor numérico de la letra hebrea “MEM” ם que es la nº 13 del alfabeto hebreo y representa la “muerte renovadora”. Se ha de morir a lo viejo para renacer a lo nuevo y para ello se ha de transitar por el “desierto” o sea el vacío, lo desconocido, confiando en la “Alianza con Dios” (Arca) que nos hará llegar al “Paraíso Terrenal”, Tierra prometida o Nueva Era, como nos guste más llamarlo.
Con esta referencia al Éxodo, pretendo demostrar que lo que llamamos nueva conciencia, no es ninguna novedad. Es nueva para quien accede a ella por primera vez. A lo largo del transitar de la humanidad por este mundo, son muchos los que accedieron a la conciencia de modo individual y a veces en pequeños colectivos, que nos fueron dejando las señales del camino para cuando estuviésemos preparados para comprender. La novedad, estriba en que estamos viviendo el momento en el que se da la posibilidad de que despertemos a la conciencia en bloque, como auténtico “Pueblo Elegido” que se elije a sí mismo para crecer un grado en la escala de la evolución y conseguir que el planeta Tierra deje de ser un “infierno”, para convertirse en uno de los planetas evolucionados perteneciente al “Reino de los Cielos” en esa Tierra prometida desde hace tantas generaciones.
La LEY recogida en las “Tablas” en el mito del Éxodo no ha cambiado, es la misma desde los inicios de la humanidad, lo que varía es la interpretación que hacemos de ella en función de nuestro grado de conciencia. En el mito, Dios es representado en una “zarza ardiendo con el fuego que no se consume”. El fuego simboliza la pasión, aquello que nos empuja a actuar y el único fuego que no se consume es el verdadero AMOR. Cuando el “Salvado de las aguas” o (“el despierto” que ha salido de la “corriente” que sigue el mundo) le pregunta al Amor ¿Cómo sabré que he llegado a la Tierra Prometida? o sea ¿Cómo sabré que mi conciencia ha evolucionado lo necesario para entrar en el siguiente nivel o Nueva Era? A lo que la “Zarza ardiendo” o sea el Amor, le responde con el conocido decálogo.
El decálogo fue traducido como los 10 Mandamientos e interpretado como si fueran órdenes y no son órdenes, sino promesas, como envío de respuestas a las preguntas de un iniciado que no sabe a donde va. Un sinónimo de mandado es precisamente envío.
Desde esta perspectiva el decálogo sonaría así:
Cuando comprendas que todo lo que ves son diferentes manifestaciones del mismo SER, amarás a Dios sobre y en todas las cosas. Entonces habrás llegado.
Sabrás también que no puedes tomar el nombre de Dios en vano o sea para nada, puesto que todo lo que le pidas te lo dará, tanto en positivo como en negativo. Por lo tanto, cuidarás tus pensamientos y tus palabras.
Cuando de cada día hagas un día santo o sea, dedicado a Dios y lo celebres como día de fiesta, habrás llegado.
Cuando honres a tu Padre-Madre Dios y del mismo modo a tu padre y madre terrestres, ya que habrás comprendido que todo ocurre por alguna razón siempre de carácter evolutivo aunque no lo entiendas todavía y que todo ocurre en realidad en tu propio beneficio, dejarás de culpar a tus progenitores y comprenderás también que hicieron lo que pudieron para llegar hasta donde llegaron y que ahora te toca a ti y de este modo los honrarás. Entonces habrás llegado.
No matarás, puesto que habrás comprendido que no debes interferir en el proceso evolutivo de ningún otro Ser que es el mismo Ser que tú eres.
No cometerás actos impuros, porque sabrás que has de guiarte siempre de tu corazón.
Impuro significa mezclado y las emociones son sentimientos filtrados por la razón. Depende de como se vea la situación que se está viviendo, en función del patrón mental al que el individuo esté sometido, la emoción será de un tipo o de otro. A esto se refiere el 6º, todo acto que no provenga del corazón es impuro, puesto que está mezclado con el patrón mental correspondiente.
No necesitarás robar, pues sabrás que todo lo que existe está hecho para ti y tu disfrute, pero nada te pertenece. Sabrás que si permaneces conectado a la fuente, nada te faltará.
No mentirás, puesto que sabrás que la verdad te hace libre. Serás coherente y lo que pienses, lo que digas y lo que hagas será la misma cosa.
No consentirás pensamientos impuros, pensarás siempre en positivo.
No codiciarás los dones de los demás, puesto que sabrás que has de descubrir y utilizar los tuyos, puesto que para eso has venido. Cuando realices todo esto por conciencia, entonces habrás llegado a la “Tierra Prometida”
El libro del Éxodo, está plagado de símbolos y resultaría larguísimo traducirlos todos; trataré de sintetizar los más importantes.
La vara: En los Jeroglíficos Egipcios, la vara representa la palabra y el sonido de dicho jeroglífico es “MEDU”. Cada vez que en el relato se menciona la vara, se alude a la importancia de la palabra, ya que la palabra es creadora y la palabra es el espíritu o intermediario en la trinidad pensamiento-palabra-acción. Es quien trasmite la información, no es casual que lo que trasmite la información nerviosa en nuestra vara o columna vertebral se llame MEDU-LA.
De ahí que la vara de Aarón se convierte en cobra (símbolo de sabiduría) y devora a las cobras de los sabios del faraón, con lo que nos está diciendo que la palabra de Aarón era más sabia e inspirada que la de los consejeros.
FUENTE MAESTROVIEJO
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