El verano es época de barbacoas y de probar platos atrevidos, pero los riesgos de infectarse con una bacteria intestinal tras comer carne cruda o poco cocinada aumentan a medida que suben las temperaturas. Acaba de pasar en Bélgica, con 19 afectados por la Escherichia coli. Te traemos 5 consejos para que un mal bocado no te arruine las vacaciones.
Algunas delicias de la cocina, como el steak tartare o el carpaccio, emplean carne cruda para sorprender al paladar. Es habitual que se consuman en verano, cuando las altas temperaturas aumentan el riesgo de que en la carne sin cocinar proliferen bacterias como la Escherichia coli, que ha intoxicado recientemente a 19 personas en Bélgica tras haber comido carne cruda.
La Escherichia, la Salmonella, el Campylobacter… son muchos los posibles sustos que pueden esconderse en la carne cruda. También en la que no ha pasado suficiente tiempo al fuego, algo frecuente en las muy veraniegas barbacoas.
Te traemos 5 consejos para mantener alejadas a las bacterias intestinales:
- 1) La carne picada y la carne de pollo son las más arriesgadas para comer crudas o poco cocinadas. Cocina bien el pollo: la carne debe separarse del hueso sin dificultad.
- 2) Tanto antes como después de cocinarla, no dejes la carne a temperatura ambiente más tiempo del estrictamente necesario.
- 3) No cocines carne congelada. Espera a que se descongele completamente antes de ponerla al fuego. De lo contrario, es fácil despistarse y servirla con algunas partes todavía crudas. Cocina la carne de manera uniforme.
- 4) Utiliza platos y utensilios diferentes para la carne cruda y para la carne ya cocida, manteniendo separados ambos tipos.
- 5) Nunca reutilices líquidos en los que has marinado carne cruda.Por Ocu
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